La iluminación desempeña un papel importante en el manejo del ganado lechero. En estudios convincentes, hemos demostrado que unas condiciones lumínicas ideales influyen en la visión, el comportamiento, el bienestar y los rendimientos de los animales.
La visión panorámica del ganado lechero (es decir, su visión total) abarca 340 °. Esto quiere decir que las vacas lecheras pueden ver algo en cualquier dirección, a excepción de lo que se encuentre justo detrás de ellas. Como es posible imaginar, tienen preferencia por la visión monocular, ya que esta representa la mayor parte de su visión total (figura 1). Debido a que su área de visión binocular es relativamente reducida, les es difícil estimar la distancia, lo que limita su percepción de la profundidad.
Con respecto a la visión espectral, el ganado lechero tiene una visión dicromática. Es decir, las vacas lecheras tienen en los ojos solo dos tipos de receptores de color, o conos, funcionales. Estos receptores corresponden principalmente a las regiones verde y azul del espectro luminoso. Por eso, solo pueden percibir dos colores espectrales puros, a diferencia de los seres humanos, que pueden percibir tres.
Veamos ahora los aspectos más importantes de la iluminación para el ganado lechero y su influencia en la visión, el comportamiento, el bienestar y los rendimientos de los animales.
El espectro de la luz o espectro visible es la región del espectro electromagnético que puede verse. Los ojos aprecian las diferentes longitudes de onda como colores diferentes:
El espectro visible para los seres humanos y las vacas lecheras difiere significativamente, como puede apreciarse en la figura 2. En el caso de estas últimas, se extiende desde aproximadamente 400 nm hasta 680 nm con dos picos para las longitudes de onda de 451 nm (azul) y 555 nm (verde).
Si se adapta la luz que se proporciona a los animales al espectro visible para ellos, su visión mejora. Así se reduce el estrés y se estimula el comportamiento deseado. El resultado lógico de lo anterior son mayores rendimientos.
La distribución de la luz, es decir, su propagación en el alojamiento, es de importancia vital.
Dado que el ganado lechero no tiene buena percepción de la profundidad, es esencial asegurarse de que no haya puntos oscuros en el alojamiento. Si surgen puntos oscuros en el suelo o delante de los animales, probablemente se sobresalten y dejen de moverse, lo que afecta negativamente al comportamiento deseado y provoca estrés.
Los puntos oscuros pueden evitarse con una distribución de la luz óptima. De este modo, se estimula el comportamiento deseado de las vacas, están más tranquilas y se reduce su estrés. En ello, la correcta colocación de las lámparas es fundamental. Esta puede conseguirse fácilmente elaborando un plan de iluminación antes de adquirir los equipos correspondientes.
El parpadeo de la luz, es decir, la rápida variación de la luz emitida por una lámpara (figura 3), puede percibirse consciente o inconscientemente.
Las vacas lecheras perciben el parpadeo de la luz de manera similar a los seres humanos, Esto significa que perciben el parpadeo de una frecuencia (número de fluctuaciones por segundo) similar. En los seres humanos, puede producir dolores de cabeza, fatiga visual y pérdida de concentración. Y esto puede significar que la salud de las vacas también se ve afectada por el parpadeo.
Por tanto, para mejorar el bienestar de los animales, es importante tener en cuenta el parpadeo y su frecuencia a la hora de adquirir los equipos de iluminación.
Figura 3. Parpadeo de la luz frente a iluminación sin parpadeo
Si se proporciona la intensidad luminosa adecuada, es decir, la cantidad de luz medida en un lugar adecuada, mejorarán los rendimientos del ganado lechero.
La investigación ha demostrado que la intensidad luminosa afecta a la creación de melatonina, la cual, a su vez, influye en la producción de leche. Una mayor intensidad luminosa puede aumentar la producción lechera. Además, con una alta intensidad y una correcta distribución de la luz, la visión de las vacas mejora. Esto hace que estén más calmadas y vayan más fácilmente al robot o la sala de ordeño.
También es importante: la alta intensidad luminosa facilita el trabajo del personal en la nave. Así pueden ver mejor a los animales y apreciar antes cuándo las vacas están en celo o hay algún problema.
El fotoperiodo, es decir, el periodo de tiempo durante el que las luces están encendidas, reviste igualmente extrema importancia.
Las diferentes fases del ciclo vital del ganado lechero presentan distintos requerimientos en cuanto al fotoperiodo. Los animales jóvenes y las vacas lecheras necesitan fotoperiodos largos para sentirse bien y rendir al máximo. Especialmente durante el invierno, hacer los días “más largos” mediante la iluminación supone una gran diferencia, ya que de este modo pueden reducirse los efectos estacionales. Durante el periodo seco se recomienda un fotoperiodo más corto, para simular el tiempo de invierno.
Algunos estudios han demostrado que los niveles de lux correctos y los fotoperiodos adecuados al momento pueden aumentar significativamente la producción lechera y la fertilidad.
En pocas palabras: es importante que el ganado lechero cuente con unas condiciones lumínicas adecuadas. Estas pueden lograrse ajustando los diferentes aspectos de la luz a las necesidades y la visión de los animales, lo que tiene un impacto decisivo en su visión, su comportamiento, su bienestar y sus rendimientos. Una estimulación del comportamiento deseado, menos estrés, mayor producción de leche y mayor fertilidad son algunas de las principales ventajas de unas condiciones lumínicas ideales para el ganado lechero.